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(1) Traumatismo craneal1-3:
Se define como una lesión de las estructuras de la cabeza debida a una fuerza externa de origen mecánico. La magnitud del TCE es muy variable. La mayoría de los TCE que se atienden en los SUP son leves, pero en ocasiones pueden producir lesiones intracraneales (LIC) con alta mortalidad y morbilidad asociada, con aparición de secuelas a largo plazo en algunos casos.
(2) TEP4:
En la práctica clínica, los pacientes presentan generalmente un triángulo de evaluación pediátrica (TEP) normal. En los casos que se encuentra alterado, lo hace a expensas del componente de la apariencia (disfunción del sistema nervioso central). Esta situación es menos frecuente e indica mayor gravedad.
(3) Evaluación inicial
Valoración inicial con toma de constantes:
• Evaluación del Triángulo de Evaluación Pediátrica.
• Constantes vitales, incluida la valoración del dolor. La evaluación de las constantes vitales es imprescindible ya que constituye un buen indicador de la función del tronco cerebral. La tríada de Cushing: bradicardia, hipertensión arterial y respiración irregular, indica aumento de la presión intracraneal (PIC).
Evaluación primaria:
• Evaluación ABC y estabilización del paciente. El objetivo es minimizar el daño cerebral secundario asegurando la oxigenación y perfusión cerebral.
• Control cervical si riesgo de lesión cervical.
• Valoración del nivel de consciencia. La variación del nivel de consciencia es el mejor indicador para medir la intensidad del traumatismo y la función cerebral. La escala de Glasgow (GCS) permite su evaluación de forma rigurosa. En menores de 2 años se utilizará una escala modificada para la valoración del lenguaje (Tabla 30-1).
• Reactividad pupilar: valorar el tamaño, la reactividad pupilar y su posible asimetría. La presencia de anisocoria orienta a compresión del III par craneal. La presencia de pupilas midriáticas arreactivas orienta a lesión a nivel del tronco cerebral.
(4) Historia clínica
Una vez priorizada la evaluación sistemática ABC y estabilización del paciente, se realizará la historia clínica. En la evaluación diagnóstica del niño con TCE debemos conocer:
• Antecedentes personales: Enfermedades previas que aumentan el riesgo de LIC: coagulopatías, fármacos, portador de válvula de derivación ventriculoperitoneal, malformaciones vasculares, etc.
• Edad del paciente: Los niños < 2 años presentan más riesgo: valoración inicial con síntomas y signos más inespecíficos, mayor riesgo de presentar una LIC y de maltrato como causa potencial de sus lesiones.
• Lugar donde ocurrió el traumatismo.
• Mecanismo de traumatismo: Se considera mecanismo de riesgo: la caída de > 1,5 m (1 m en < 2 años), impacto directo con objeto contundente, accidente de vehículo de motor con desplazamiento de pasajeros, muerte de algún pasajero o vuelta de campana del vehículo, traumatismo no presenciado, peatón o ciclista sin casco atropellado por vehículo de motor, zambullidas, colisión con bicicleta, accidente de moto, herida penetrante.
• Localización del traumatismo.
• Síntomas asociados al traumatismo5-7. Mayor riesgo de LIC si: pérdida de consciencia y duración, vómitos (sobre todo los que ocurren > 1 hora tras TCE), cefalea, irritabilidad, convulsión, alteración del comportamiento, ceguera, confusión, etc.
• Tiempo de evolución: el daño secundario aparece más frecuente en las primeras 6 horas.
• Búsqueda de lesiones que sugieran abuso y/o maltrato8-11. Los lactantes son un grupo altamente susceptible, por lo que se debe valorar la posibilidad ante un TCE en este grupo de edad y alguna de las siguientes circunstancias:
– Falta de congruencia entre las lesiones y la clínica.
– Demora injustificable en la asistencia.
– Presencia de lesiones geométricas, en zonas relativamente protegidas o en distinto estadio evolutivo.
– Otras fracturas o hemorragias retinianas.
– Actitud inadecuada de los padres.
– Conducta inhabitual del lactante (rechazo del contacto físico, irritable con sus padres y tranquilo con el personal sanitario).
(5) Exploración física: Evaluación secundaria
Valoración neurológica completa, incluida la valoración de los pares craneales y de los reflejos tendinosos profundos, orientada a descartar focalidad neurológica. La exploración neurológica debe reevaluarse de forma sistemática. Los cambios evolutivos pueden indicar la progresión de la LIC. Especial atención a:
• GCS y otros signos de alteración del nivel de consciencia: irritabilidad, agitación, somnolencia, ausencia de contacto visual en lactantes, alteraciones del lenguaje como preguntas repetitivas o bradipsiquia.
• Exploración de la cabeza:
– Hematoma12-14: Diferentes niveles en relación con la capa del cuero cabelludo afectada:
- Hematoma subcutáneo: sangre acumulada en tejido celular subcutáneo. Tumefacción móvil a la palpación.
- Hematoma subgaleal: sangre debajo de la gálea aponeurótica. Puede producirse por sangrado del tejido conectivo laxo o por rotura del periostio secundario a una fractura craneal. Consistencia blanda. No respetan las suturas craneales. Mayor riesgo de LIC.
- Cefalohematoma: hematoma subperióstico. De consistencia dura. Respeta las suturas craneales. Mayor riesgo de LIC en:
· No frontales en menores de 2 años. Sobre todo asociados a mecanismo de riesgo.
· Tamaño grande (> 3 cm) y consistencia blanda.
· Cualquier localización en menores de 3 meses.
– Signos de fractura craneal15,16: escalón óseo o crepitación. La fractura de cráneo aumenta el riesgo de LIC sobre todo si son deprimidas, abiertas o cruzan la zona de la arteria meníngea media. La ausencia de fractura no descarta LIC.
– Signos indirectos de fractura de la base craneal: hemotímpano, signo de Battle (hematoma postauricular), ojos en mapache, licuorrea por fosas nasales o conductos auditivos.
– Fontanela anterior a tensión.
– Lesiones en cuero cabelludo (scalp): pueden provocar pérdidas importantes de sangre. Si la compresión directa no controla la hemorragia, infiltrar lidocaína con adrenalina. Si la herida es amplia y abierta, se debe explorar con un dedo de guante la existencia de lesiones craneales.
(6) Grupos de riesgo de lesión intracraneal (LIC) 7,10,17-21:
El objetivo del pediatra de Urgencias es identificar a aquellos pacientes con riesgo de lesión traumática clínicamente importante limitando la realización de pruebas complementarias en aquellos niños que no están en riesgo. Se considera lesión traumática clínicamente importante:
• LIC que requiere intervención neuro-quirúrgica, cuidados de soporte o monitorización intensiva u hospitalización prolongada.
• Fractura deprimida.
• Fractura de la base del cráneo.
Para ello, se establecen grupos de riesgo en función de la clínica y la exploración física (Tabla 30-2).
Los pacientes de riesgo intermedio requieren observación hospitalaria con revaloraciones periódicas de la escala de coma de GCS, detección de nuevos síntomas o empeoramiento clínico. En estos pacientes se recomienda una observación hospitalaria mínima de 4-6 horas tras el traumatismo.
(6) Grupos de riesgo de lesión intracraneal (LIC) 7,10,17-21:
El objetivo del pediatra de Urgencias es identificar a aquellos pacientes con riesgo de lesión traumática clínicamente importante limitando la realización de pruebas complementarias en aquellos niños que no están en riesgo. Se considera lesión traumática clínicamente importante:
• LIC que requiere intervención neuro-quirúrgica, cuidados de soporte o monitorización intensiva u hospitalización prolongada.
• Fractura deprimida.
• Fractura de la base del cráneo.
Para ello, se establecen grupos de riesgo en función de la clínica y la exploración física (Tabla 30-2).
Los pacientes de riesgo intermedio requieren observación hospitalaria con revaloraciones periódicas de la escala de coma de GCS, detección de nuevos síntomas o empeoramiento clínico. En estos pacientes se recomienda una observación hospitalaria mínima de 4-6 horas tras el traumatismo.
(6) Grupos de riesgo de lesión intracraneal (LIC) 7,10,17-21:
El objetivo del pediatra de Urgencias es identificar a aquellos pacientes con riesgo de lesión traumática clínicamente importante limitando la realización de pruebas complementarias en aquellos niños que no están en riesgo. Se considera lesión traumática clínicamente importante:
• LIC que requiere intervención neuro-quirúrgica, cuidados de soporte o monitorización intensiva u hospitalización prolongada.
• Fractura deprimida.
• Fractura de la base del cráneo.
Para ello, se establecen grupos de riesgo en función de la clínica y la exploración física (Tabla 30-2).
Los pacientes de riesgo intermedio requieren observación hospitalaria con revaloraciones periódicas de la escala de coma de GCS, detección de nuevos síntomas o empeoramiento clínico. En estos pacientes se recomienda una observación hospitalaria mínima de 4-6 horas tras el traumatismo.
(6) Grupos de riesgo de lesión intracraneal (LIC) 7,10,17-21:
El objetivo del pediatra de Urgencias es identificar a aquellos pacientes con riesgo de lesión traumática clínicamente importante limitando la realización de pruebas complementarias en aquellos niños que no están en riesgo. Se considera lesión traumática clínicamente importante:
• LIC que requiere intervención neuro-quirúrgica, cuidados de soporte o monitorización intensiva u hospitalización prolongada.
• Fractura deprimida.
• Fractura de la base del cráneo.
Para ello, se establecen grupos de riesgo en función de la clínica y la exploración física (Tabla 30-2).
Los pacientes de riesgo intermedio requieren observación hospitalaria con revaloraciones periódicas de la escala de coma de GCS, detección de nuevos síntomas o empeoramiento clínico. En estos pacientes se recomienda una observación hospitalaria mínima de 4-6 horas tras el traumatismo.
(7) Tomografía axial computerizada(TAC) craneal22-24:
El objetivo de la realización de pruebas complementarias es identificar LIC y lesión en las estructuras óseas en aquellos pacientes en riesgo. Es la prueba de elección para identificar LIC. Se realizará una vez estabilizado el paciente. Está indicado en7,25:
• Grupo de riesgo alto.
• Varios factores de riesgo intermedio.
• Evolución durante la observación de los síntomas de riesgo intermedio.
• Presencia de factores predisponentes de sangrado.
• Sospecha de maltrato. Las LIC más frecuentemente encontradas son:
• Hematoma epidural: Igual frecuencia en niños que en adultos. Más probable que permanezca clínicamente oculta. Síntomas secundarios a aumento de PIC: cefalea, vómitos y alteración del nivel de conciencia.
• Hematoma subdural: menos frecuente que en adultos. Evolución más lenta que el hematoma epidural. Los hematomas subdurales interhemisféricos son más frecuentes en lactantes y secundarios a maltrato.
• Lesión axonal difusa: más frecuente en niños. Se produce un aumento de la PIC que puede generar coma profundo e incluso la muerte.
• Contusión parenquimatosa: los síntomas más frecuentes asociados son: alteración del nivel de conciencia, convulsiones y la focalidad neurológica.
(7) Tomografía axial computerizada(TAC) craneal22-24:
El objetivo de la realización de pruebas complementarias es identificar LIC y lesión en las estructuras óseas en aquellos pacientes en riesgo. Es la prueba de elección para identificar LIC. Se realizará una vez estabilizado el paciente. Está indicado en7,25:
• Grupo de riesgo alto.
• Varios factores de riesgo intermedio.
• Evolución durante la observación de los síntomas de riesgo intermedio.
• Presencia de factores predisponentes de sangrado.
• Sospecha de maltrato. Las LIC más frecuentemente encontradas son:
• Hematoma epidural: Igual frecuencia en niños que en adultos. Más probable que permanezca clínicamente oculta. Síntomas secundarios a aumento de PIC: cefalea, vómitos y alteración del nivel de conciencia.
• Hematoma subdural: menos frecuente que en adultos. Evolución más lenta que el hematoma epidural. Los hematomas subdurales interhemisféricos son más frecuentes en lactantes y secundarios a maltrato.
• Lesión axonal difusa: más frecuente en niños. Se produce un aumento de la PIC que puede generar coma profundo e incluso la muerte.
• Contusión parenquimatosa: los síntomas más frecuentes asociados son: alteración del nivel de conciencia, convulsiones y la focalidad neurológica.
(8) Tratamiento: Medidas generales
• Estabilización sistemática ABCDE. Valorar inmovilización cervical si precisa. Las indicaciones de intubación serían:
– GCS < 9.
– Inestabilidad hemodinámica.
– Distrés respiratorio severo.
• Valoración del grado de dolor y administración de analgesia según escala. El dolor no controlado aumenta la presión intracraneal (PIC).
(9) Tratamiento: Tratamiento específico
Una vez realizada la estabilización inicial se administrará tratamiento específico según los hallazgos clínicos o los resultados de las exploraciones complementarias realizadas.
• Control de la PIC.
• Tratamiento anticomicial ante convulsiones.
• Valoración y/o tratamiento neuroquirúrgico si: LIC, fractura deprimida, fractura basilar, fractura craneal con diástasis (> 3 mm) y/o deterioro clínico.
(10) Criterios de ingreso hospitalario
Se debe considerar la observación en Urgencias o la hospitalización en los siguientes casos:
• GCS < 15.
• Focalidad neurológica
• Estado neurológico alterado.
• Intolerancia oral.
• Lesiones extracraneales graves.
• Lesión intracraneal.
• Sospecha de maltrato.
• Cuidadores inadecuados para vigilar al niño y reconsultar si precisa.
Se recomienda la hospitalización en una Unidad de Cuidados Intensivos en caso de:
• GCS< 13 o focalidad neurológica.
• Presencia de LIC (considerar ingreso en planta de hospitalización en caso de hematoma no epidural < 1 cm).
(11) Medidas generales en domicilio:
La mayor parte de los niños con un TCE se pueden manejar en domicilio con una observación domiciliaria por un adulto responsable durante 24-48 horas. Se recomendará reconsultar si:
• Cefalea intensa o irritabilidad.
• Vómitos repetidos.
• Salida de líquido o sangre por oídos o nariz.
• Alteración del comportamiento, equilibrio, visión, habla.
• Dificultad para ser despertado o permanecer despierto.
• Movimientos extraños y/o pérdida de fuerza.
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